HISTORIAS DE AÑO NUEVO .. La Joya de la Corona

 

Desde muchacho he sentido la afición de patear las calles.
 
No solo por el afán de ejercitar el cuerpo, sino para satisfacer mi curiosidad infantil de conseguir un premio
en el camino. 
 
Es por ello que el vigor de mis ojos ha sido tan frenético como el de mis piernas.
 
Hay un día en especial que el ritual es sagrado; el primer día de cada año.
 
La víspera de dicho día procuro no someterme a excesos para salir tan pronto despunta el alba, y todavía 
la ciudad no recuesta su parranda.
 
He sido recompensado en mi dulce sacrificio con objetos llenos de historias escondidas que mi imaginación 
se encarga de hilar; así como los improperios de borrachos que no aceptan ningún derroche de salud comenzando 
el año.
 
 Entre los objetos que atesoro se encuentran:
 
- zapatos de mujer, talla 42
 
- corbata, que aún conservo y luzco orgulloso
 
- carteras con documentos, ... sin dinero
 
- tabacos cubanos,... a medio consumir
 
- monedas de diferentes nacionalidades
 
- sweater de casimir,.. perfumado hasta la saciedad
 
- cartas de amor y desamor
 
Pero la joya de la corona fue una prenda interior rosada de encajes, guindada de un árbol. 
 
Estuve horas fantaseando con el cuerpo del delito o de la lujuria.
 
Busque flagrancias y fragancias. Decidí dejarla en el mismo sitio, pero escondida. sin saber a 
ciencia cierta el desenlace de la historia.
 
Al día siguiente recibí una señal premonitoria. Muy cerca del árbol donde se ahorcó la prenda, 
apareció muerto un pajarito. Inmediatamente pensé que la prenda en cuestión no podría tener mejor 
destino... y procedí a envolver al tortolo sacando su piquito entre los hilos del "hilo".
 
No sé si sería mi imaginación, pero sentí un guiño de agradecimiento de un pichón que 
descansaba en paz.
 
 gAt