“Oktoberfest” en La Colonia Tovar… Tradición Global al pie del Barril.

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El «Oktoberfest» es una fiesta de origen bávaro que se celebra en todo el mundo entre septiembre y octubre. Su origen se remonta a 1810 en la ciudad de Múnich como festejo por la boda de Luis I de Baviera con la princesa Teresa de Sajonia.  En Venezuela está presente desde hace décadas.

Desde hace varios años en La Colonia Tovar se monta una Gran Carpa en el Hotel Freiburg, donde se concentra toda la celebración durante varios días. A la Colonia se acercan alemanes de otras comunidades: El Jarillo, Turen, entre otros. Rostros hermosos con la picardía caribeña se inmortalizan. Facciones angulosas, cabellos rubios y ojos verde-azules se imponen al mestizaje.

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Los grandes protagonistas son la cerveza, la gastronomía, los bailes, la música y los trajes tradicionales. Y por supuesto concursos «bárbaros» y gulosos. Quizás el más esperado es la tomada de un litro de cerveza en una jarra de 9 kg, sin botar una gota. Han perfeccionado la técnica. El coloniero que ostenta el récord es capaz de hacerlo en 6 segundos. Diferentes marcas y tipos de cervezas se hicieron presente, incluyendo las artesanales.

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El alcohol envalentona. Lo pudimos constatar en el Toro Mecánico, que barrió por la colchoneta a los osados una y otra vez. Ni las “mises” tuvieron un trato preferencial.

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1140357La comida fue protagonista copiosa: sopa de gulasch, rodilla de cerdo, salchichas, pastel de carne, pretzel salado y dulce, strudel, tartaletas, torta selva negra y más.

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Aun cuando la celebración con más tradición en Venezuela es la de La Colonia Tovar (La Alemania del Caribe), también existen réplicas en diferentes ciudades (Maracaibo, Valencia y Maracay); incluyendo varios puntos de concentración en la ciudad capital: Plaza Alfredo Sadel de Las Mercedes, El Hatillo, Centro Ciudad Comercial Tamanaco; entre otros.

Los colonieros de a pie se sienten excluidos. La gran celebración es en el Hotel Freiburg, donde ni la entrada ni la bebida y comida son accesibles para todos. Nos recuerdan que hace años la fiesta se desarrollaba en los espacios públicos, tal cual el famoso Carnaval, para el beneplácito de propios y visitantes. Ojalá que en el futuro mediato lo privado solo sea una opción.

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La Colonia siempre vitaliza y depara sorpresas.

Es obligante revisitar Cerámica Tovar (Gotek) y reponer alguna pieza de la vajilla, aprovisionarnos en la Charcutería Tovar (Queso de Cabra, Jamones Selva Negra y Praga, Pasta de Hígado Finas Hierbas), curucutear en sus viveros,  impregnarse de las hortensias del Acueducto, mirar a través de Arte Vitral en el Sector Los Pinos, extasiarse con las bromelias colgantes e inalcanzables del Monumento Natural Agustín Codazzi, aspirar el aire fresco de sus 1800 msnm,  deambular entre su típica y singular arquitectura, recogerse en su iglesia y surtir la despensa con la frescura de su mercado de hortalizas y un excelente café coloniero.

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Las sorpresas en esta visita las encontramos en la Panadería aledaña a la Iglesia: probamos el pan de plátano, pan de ocumo y los ya conocidos de ajonjolí, integral y el de Navidad. Además conocimos el comienzo de la historia de uno de los personajes de La Colonia: un “indigente” de aspecto fiero y alemán, siempre en la buena compañía de varios perros con los cuales comparte su comida y su plato. Fue un músico que cayó en la demencia. Ha recibido ayuda de la embajada, pero siempre vuelve a su casa, llena de recuerdos, abandono y sus fieles perros. En el Sector Los Pinos, más allá de Arte Vitral y en el camino hacia una de las licorerías artesanales (Müssle Wein, Quinta La Ponderosa) encontramos una “granjita” de contacto …  a través de una cerca con “ponys”, cochinos, patos, gansos, gallinas de guinea, pavo real. Todo un deleite sensorial.

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En esta oportunidad conocimos un restaurancito con una atención excepcional y platos de rechupete. Les estoy hablando del St. Moritz; en la cuadra alrededor de la plaza.  Destacó su “fondue” de vegetales, así como su tartaleta de guayaba y pan casero.

Sin duda hay que aupar las tradiciones, preservarlas y emularlas. La mejor forma es estar en sitio y en este caso al pie del barril. Como me dijo un buen amigo de “gAtandanzas”: «Una Gran Verbena… sin los pollitos».

!Salud y mejor Provecho!

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Gerardo Antoni Taborda (gAt)

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