Zamurano
Un pichón de zamuro; aún sin la fealdad de su adultez, juega impaciente en las proximidades de un desagüe.
Está abrigado de una pelusa marrón que delata el nido. Todavía no vuela, pero está alerta.
Ante la curiosidad insistente de este desconocido abre sus alas, y gruñe con furia zamurana para crecer en el intento.
Solo fanfarronea para intimidar.
Ante mi seguridad, se siente inseguro y busca refugio en las sombras de las aguas servidas.
Ya no logro verlo. Le hizo caso a sus instintos.
En este caso se equivocó. Su supervivencia no estaba en juego, y perdió a un amigo del “tercer tipo”.
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