Los llanos de Apure … una bandada de emociones

Cielos plomizos henchidos de agua, se vienen una y otra vez.

Los pájaros no levantan vuelo. Le pesan sus alas. Su canto se ahoga.

Los búfalos están en su ambiente cubiertos de agua y estero hasta los hombros.

Las anacondas sisean. No se ven. Están con el agua al cuello.

El llano está enchumbado.

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Todo es color verde potrero. El mentol del mastranto aún no se anuncia. Huele a lluvia.

El cielo es inmenso. La llanura está a sus pies…

Nuestro anfitrión: El Hato El Cedral (*); entre Mantecal y Elorza; en el mismísimo Estado Apure.

Tan pronto se abre la “talanquera” se desbordan los chigüires silbando entre dientes corriendo la voz de nuestra presencia. Se agrupan por familias. El morrillo del macho (bulto carnoso en su nariz) marca territorio y lazos de sangre.

Por todos lados surgen babas, venados, iguanas, patos, galápagos y cabezas de vacunos, bueyes, caballos y mulas.

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Por algunos, araguatos, caimanes, delfines de río y tragavenados.

La armonía es tal que las crías son amamantadas en la vía, los pichones criados en el suelo, los venados nos miran de frente, y en la misma parcela se asolean chigüires, babas y garzas.

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El cielo es surcado por todas las bandadas inimaginables. En mi memoria se alojan decenas, en mi retina muchas más: gavilanes cari cari(el malandro del llano..por cleptómano), chiriguare, maromero ( por sus acrobacias ) y colorado; águila pescadora, un duelo de fintas grises y blancas entre alcaravanes, búhos, lechuzas campanario y mochuelos de hoyo, pato carretero, el verde intenso del Martín Pescador, la cotúa olivácea, el gallito de la laguna con su ladriverde y sonoro volar de tara y patas colgantes, la chenchena de cresta rizada, las guacharacas, las garzas mora, paleta y silbadora, las corocoras, el atrapamoscas jinete, paraulatas, guacamayas, tórtolas, tordos maiceros, turpiales, gonzalitos, arrendajos, golondrinas y pare de … volar.

La onomatopeya está presente. Los nombres populares son la melodía que brota de sus gargantas: Güirirí(Pato), GoroGoro(Garrapatero) y Pitirri(Chicharrero).

Dejo de último a los grandes de la partida: la imponencia del Garzón Soldado con su gargantilla roji-negra, la cigüeña con su pico recto y el tan mentado blanqui-negro Gabán con su pico curvo.

Además de plumas, recuerdo el cortejo de las babas levantando la cola, vibrándola, mostrando los dientes y haciendo bullaranga,

la tragavenados enredada en las púas del potrero,

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la mirada desafiante del fornido búfalo,

las reses en estampida,

los araguatos al descubierto, entre ramas secas próximos a los nidos colgantes del arrendajo,

el deslizar intimidante del caimán,

el brinco acrobático de las babas buscando una carnada … de pollo,

la precisión de águilas y gavilanes atrapando la presa en el aire;

y las toninas desplazándose lentamente en un brazo del Matiyure insinuando sus aletas.

No todo es fauna. La flora aparece en el caujaro pegamentoso, el árbol de aceite con su resina multimedicinal, el merecure: alimento del ganado y nuestro alimento: en el jobo, el horqueteado caruto y las uvitas de la palma Píritu.

Es un atardecer de aves. Las garzas, cigüeñas y gabanes vuelan apresurados para aterrizar en las copas donde pasaran la noche.

La noche se anuncia. El día se resiste.

Un latigazo de luz azota sin éxito la penumbra que se le viene encima.

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La luz de la luna se refleja blanquecina sobre los lomos plumíferos..

El amanecer es de algarabías. Los sonidos llaman con alborozo a la luz del día.

¿Razones para volver? Toparnos con los osos melero, hormiguero y palmero, el mapache, la anaconda, el temblador. Las fiestas patronales de Elorza (finales de marzo).Y por supuesto reencontrarnos con la hospitalidad y riquísima comilona del Hato El Cedral, y la chispa y el conocimiento de nuestros guías Otto Guanchez, Rafael Cedra y Barbarito:el llanero de pura cepa.

Salimos en grande por la puerta del llano, sorteando policías acostados, perros dormidos y hasta babas cruzando la carretera.

Nos acompañó una luna llena que nunca dejó de serlo.

gAt.

Hato El Cedral: Tierras con dueño conocido desde la independencia. Sus 53.471 Hectáreas, reses y caballos sirvieron a la causa patriota. Desde el 2008 es la “Empresa Socialista Ganadera Agroecológica Bravos de Apure”.

hatocedral@cantv.net, (58) (212) 7818995 / 1826.