Eclipse Navideño …

Cuenta regresiva para el Gran Espectáculo.
 
La Luna se está llenando para alinearse con la Tierra y El Sol.
 
La Tierra se interpondrá proyectando su sombra.
 
Por unos momentos su resplandeciente palidez será tornasol, rojiza …
 
Es difícil imaginárselo, hay que contemplarlo.
 
 
Los días previos han rebosado de luminosidad decembrina;
 
hasta en el canto de las aves.
 
La bóveda la espera inmaculada…sin rastros de nube.
 
La cordillera está encajada en la noche.
 
Su silueta engrana a la perfección sobre un azul índigo.
 
La simbólica Cruz de El Avila recuerda nuestra redención.
 
El Espíritu de la Navidad tiene la mesa servida.
 
Son las dos.
 
Es posible contar estrellas hasta el infinito.
 
La noche tiene sabor a frío. 

Está callada. Todo es atención.
 
Las constelaciones están dispuestas, pero no hay ojos para ellas.
 
Hasta El Cerro entregó su perfil.
 
Desde algún mirador de la ciudad, por encima del concreto, 
sigo postrado ante la Luna tinta. 

La obra Avanza lenta, pero sin pausa. 

La Luna no se oculta por completo. 

Sus bordes tienen una muesca de luz que gira perdiendo intensidad para luego recuperarla. 

Su presencia es permanente, mutante. 

Ya son más de las cuatro…los ojos se eclipsan. 

El astro comienza a develarse…de a poco. 

En lo que resta de amanecer los sueños estarán bañados de luz. 

Será un despertar de regocijo, encandilado. 

gAt