“Nila envidia podrá con nosotros”… Carúpano un deleite multisensorial.
Nos fuimos en cambote, respondiendo la invitación permanente de Patricia Ortiz Malavé, curruña y carupanera por los cuatro costados. El título de la crónica es el nombre de un peñero anclado en El Morro, el cual refleja a plenitud la experiencia de este viaje.
Al adentrarse en Sucre la vía ofrece mejillones, pepitonas, camarones, langostinos y el hasta ahora para mi desconocido chaguacure (caracol marino); cuyas propiedades exaltan el sexto sentido. Según los orientales es la pócima junto con el licor “singa parao” para dejar a la pareja “desfarataa”. También se encuentra la naiboa triangular típica de oriente; un ensamble perfecto entre el papelón y el casabe con un aderezo de anís.
Al llegar a Cerezal abundan las famosas cestas de mapire y gran variedad de conservas. En esta oportunidad la singular fue la de batata, y entre las de coco el “encaramao” con sus hebras gruesas superpuestas.
Nos alojamos en el tradicional Hotel La Colina, desde donde se divisa la Iglesia Santa Rosa y el muelle. La avenida es punto de encuentro mañanero para ejercitar el cuerpo. En la noche las botellas hacen estragos. También hay lugares con historias de besos y promesas. Destaca “El boquete”; una lengua de tierra que se adentra en la mar, perforada por su incesante batir; donde los enamorados encubiertos salaban sus pasiones bajo el rugir de las olas, en épocas donde el recato era importante.
A Carúpano lo reconocimos desde su mercado donde uno sale con escamas de tahalí, cazón, bonito, raya, atuncito, carite, corocoro, pargo, anchoveta, bagreton, el colorido pez loro y pare de pescar … La gastronomía merece un capítulo aparte. Mejillón fresco con arepa o ensartado en varillas con ají. ¿Y los dulces? Conocí el serrucho, que es como una catalina delgadita, crujiente y dentada. Y para pasar el seco no hay como la tradicional chicha de arroz.
Bordeamos Carúpano desde Playa Patilla hasta Playa Grande, pasando por Los Uveros, Los Martínez, Güiria de la Playa y Copacabana, para luego adentrarnos en la Paria de El Morro, Rio Caribe, Pui Pui y Medina. Patilla y Copey conservan sus encantos. Patilla con sus cujíes y cocoteros; donde otrora abundaba la patilla y la auyama que acompañaban el fruto de la pesca; y Copey con su singular morro y laguna de flamencos. Mientras que Copacabana (también conocida como Garrapata) tiene una entrada que desalienta, invadida por latones y afiches politiqueros que buscan impunidad ante cualquier medida de ordenamiento o desalojo. El “vuelve a la vida” se ha sofisticado. En la playa y sus alrededores ofrecen un asopado con arenga afrodisiaca. El mismo ebulle en las ollas sancocheras. Es un potaje con base de auyama. Sin proponérnoslo tuvimos una experiencia “gourmet” en Casa Blanca. Un restaurant-posada especializado en paella ubicado en la avenida principal de Playa Copey. Su dueño es José María Carrión, un español orgulloso a más no poder, de su sazón y atención. No le falta razón. Sin lugar a dudas tiene con qué. Degustamos la Paella, precedida por unos langostinos al ajillo y tostones con aguacate. El y su señora se encargan de todo. Eso sí, se recomienda reservar por un tema de seguridad y para que la comida no se demore, ya que se hace al momento.
Adentrándonos en Paria, el mercado de Rio Caribe fue un buen lugar para probar los “esnobores” (“snowball” ergo cepillados) de jobito, tamarindo, parchita y la tradicional colita. Nos deben los de coco rosado. En el camino hacia Playa Medina y Pui Pui, el cacao de “Mabel” es parada obligada en ponche, helados, chocolate; y hasta cremas y jabones para nutrir el cuerpo. Queda muy cerca del Museo del Cacao, donde se elabora el Chocolate Paria.
Playa Medina es una bahía paradisiaca, sobresaliente en lo natural y en sus servicios. La carretera desde Carúpano nos lleva en una hora y está en muy buenas condiciones. Hay cocoteros de punta a punta, aguas esmeraldas en los extremos donde la selva se zambulle y azul en el medio de la bahía. El agua es fresquita. La brisa acaricia en la orilla y se ausenta a los pocos metros. Lo más meritorio es que la comunidad organizada tomo el control hace unos años y su labor se nota. Hasta la grama se ha extendido debajo de la sombra. El pago del estacionamiento cubre el manejo de la basura y mucho más. Hay baños, kioskos y servicio a la mesa. El almuerzo es carite o pargo, con arepa, ensalada y tostón. Las conservas de la playa pasean en las cestas de Eulogia, la señora que adorna su cabellera con una cachupina rosa. Nos ofrece gustosa cacao con plátano y piña con coco.
Pui Pui tiene una belleza oceánica. Es una bahía abierta lo cual permite oleaje para los surfistas. En uno de sus extremos; donde desemboca el rio; el agua se calma para el disfrute de todos.
La plaga está haciendo estragos, minando la salud y productividad de los carupaneros. La gente clama por fumigación, la cual ha sido ahogada en “politiquerías” o como dirían los carupaneros en “culerias” (hablachenterias). El domingo amaneció sin electricidad. Es una situación endémica que atenta contra propios y turistas. En adición encarece los servicios, ya que obliga a contar con plantas, que en muchos casos no arrancan por falta de repuestos. No podemos conformarnos. Resistir no es suficiente.
El desayuno del retorno fue en San Antonio del Golfo en “El Primo”, con la vista de Paria y una arepa de tortilla de huevas que crepita al mordisco y estalla en delicados sabores marinos. Mis compañeros se anotaron con la de chorizo. Si tienen dolencias reumáticas remójense en “El Chorrito”, aguas sulfurosas que emergen del mar a la orilla de la carretera. La referencia es a escasos metros del restaurant El Almendrón donde se come “un pescado que habla”, por lo fresco; y que “viene con todo…menos la cocinera”.
Como siempre mis sentidos se nutrieron de un paisaje paradisiaco digno de atraer al más exigente, aderezado con gente cálida, confianzuda, ocurrente, divertida y servicial hasta la medula. Mención aparte merece mi anfitriona Patricia y su familia asentada en Oriente; fiel reflejo del ser carupanero. Nos paseamos por “Todo está escrito”: el rancho del tío Faustino en Patilla, “La Nota”: la casa de Tirso y Elizabeth en Playa Copey; Daniel Burger: el carrito de comida rápida pero casera y artesanal del primo Daniel con la sazón de Faustinito; y los chorizos y morcillas de “La Negra”: valorados y gestionados por el primo Eduardo; que resultaron en un manjar sibarita. Ya nos prometimos una vuelta para disfrutar los famosos carnavales, degustar el ron carupanero y acercarnos a la tierra de mis ancestros. Mi abuela paterna: Evangelina López Amundarain era de Güiria, y mi abuelo Roque un corso que amarizo en Carúpano para comercializar café y cacao. Sin embargo se conocieron en la Isla de Trinidad, donde hacia vida una colonia de venezolanos incomodados con la dictadura, y mi abuelo había establecido su comercio.
Los días pasan, los años también y ni se ven ni se sienten señales de recuperación ni en lo moral ni en lo estructural. Ojala que mis experiencias de viaje fueran universales y recomendables sin reservas, pero no puedo asegurarlo. Las condiciones no están dadas. No hay tregua. Hay que educar, concientizar, ejercer la ley, trabajar en la infraestructura, y TODO al mismo tiempo para que el POTENCIAL se concrete, y tengamos calidad de vida y fuentes de ingreso para TODOS.
Gerardo Antoni (gAt)
DATOS:
- Casa Blanca, Posada y Restaurant especializado en paella. www.posadacasablanca.com, Teléfonos: 0294-3316896, 4177151 – 0426-9834829.
VIAS
- En condiciones ideales el recorrido Caracas – Carúpano toma entre 8 y 10 horas, dependiendo de las paradas. La vía está muy aceptable con contadas excepciones.
Sugiero manejar de día. No existe demarcación ni iluminación. Abundan los reductores de velocidad y las repavimentaciones en la vía no están debidamente señalizadas.
- Carúpano – Cariaco – 35 minutos, carretera OK, (42 km).
- Carúpano – San Antonio de El Golfo, 1hr y 15 minutos (70 kms).
- Carúpano – Mariguitar (82kms).
- Carúpano – Cumana, 2hrs y 30 minutos (245 kms).
- Antes de llegar a El Guapo había un hundimiento de la vía que se transformó en un mega hueco. La demora fue de casi una hora. Al regreso estaba parchado.
- Entre Araira y Cupira la vía esta despavimentada sin señalización. Hay que estar atentos.
- Desde Carúpano a Playa Medina es 1hora. Hay que tomar hacia Rio Caribe. A partir de este punto el camino está señalizado. La vía esta excelente.
- La vía se bifurca a 5 minutos de llegar a Playa Medina. Pui Pui está a 20 minutos (8 kilómetros) por una vía transitable pero desgastada. Está señalizado.
- Entre Guatamare y Manzanillo hay un vertedero de basura municipal a la orilla de la vía. Es una situación endémica a lo largo de las rutas de Venezuela. Qué manera de destruir el paisaje y atentar contra la salud. La solución no es ocultarlos. Hay que buscar soluciones del mundo desarrollado.
- Hay que llevar efectivo. En Paria no existe punto de venta. En Carúpano los cajeros tienen colas interminables. ¿Y porque el Satélite Simón Bolívar no habilita el comercio electrónico para apoyar el turismo, además de la salud y educación?
Que linda tu página GAT!!! «“NI LA ENVIDIA PODRÁ CON NOSOTROS”» y el nombre genial… yo soy una asidua viajante de mi país y cada vez que tengo la oportunidad me escapo a conocer parte de mi linda Venezuela… La semana pasada estuve por estas tierras y quedé super encantada por sus bellezas naturales y su gastronomía; al igual que el trato amable y cordial de sus habitantes. me quedé muy triste porque no pude ir a playa Medina; espero ir en mi próxima visita… Estuve de visita en un pueblo llamado San Juan de las Gardonas … Fui muy entusiasmada porque me habían hablado muy bien de de él… pero el desencanto fue total…!!! Demasiada desidia y todos los cuentos que me narraron sus habitantes fueron de terror. Un hotel muy bonito y famoso de la zona está en completo abandono. De verdad me dio mucha lástima el estado del pueblo en sí y de su gente, de todos los sitios que he visitado en mi vida ese es el único al cual no me gustaría regresar 😦
gAt estos son los comentarios de esta entrada que has recibido en tu correo… los reproduzco…
De todos los hermosos reportajes de nuestro bello país, este me ha hecho brotar góticas de agua de mi ojos y mi corazón, conozco esta zona bastante bien, la disfrute con mi extrañada y compañera de viaje, que ahora por la distancia no podemos disfrutar estas aventuras mi hermosa hija…
Hola Querido, que hermoso y «suculento» viaje a la tierra de mis ancestros!!! que rico leer tus gAtanzas…. es maravilloso, desde lejos, sentir la tierra de gracia y su cultura!! «Nila envidia podrá con nosotros»….! Abrazos y besos.
Gracias x todas tus experiencias de viajes q por ti también estoy conociendo todos esos rincones maravillosos de nuestro país, un besote a la bruja y a ti.
Es hoy cuando estoy viendo y disfrutando tu visita a Carúpano. Las fotos, los comentarios y «la guía» están buenísimas. FELICITACIONES!!.
Me parece muy bien que nilaenvidia pueda con ellos ni contigo… porque leer lo que escribes le genera envidia hasta a los de más nobles sentimientos.
Cada día eres mejor y mayor competencia para Valentina.
Un abrazo, Beatriz
gracias Gerardo por las cronicas del «deleite venezolano» con todos los retos x delante…
gAt, que maravilloso viaje, me hiciste transitar y saborear esos caminos de mi vida familiar, donde mi abuelo decía, «Vamos a pasear» y llegábamos hasta Guiria!!! con paradas extraordinarias y gente igual.!! Se le quiere,
A.